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Las etiquetas del vino

En: Noticias En: Tuesday, April 13, 2021

A menudo pienso en como sería el mundo del vino sin las etiquetas. Imagínense ir a comprar vino y que todas las botellas fueran igual, de la misma forma con el mismo tipo de corcho y sin cápsula ni etiqueta, pero con diferente contenido.
Esto hace que me asalten preguntas, muchas preguntas, preguntas como por ejemplo:
- ¿En qué nos fijaríamos para comprar un vino u otro?
- ¿Percibiríamos más las diferencias entre vinos? ¿O menos?
- ¿Estaríamos dispuestos a pagar más por los vinos? ¿O menos?
- ¿Tendría más relevancia la figura del sommelier? ¿O menos?
He puesto estas 4 preguntas como ejemplo de las muchas que podrían surgir a través de esta sencilla pregunta: ¿Cómo sería el mundo del vino sin etiquetas? ¿O dicho de otra forma, que significan las etiquetas en el mundo del vino?

Si nos remontamos al origen de las etiquetas y del vino, nos estamos remontando tiempo atrás en la historia del ser humano…
Ya los fenicios con su afán de comerciar con todo el mediterráneo y poder intercambiar así artesanía y metales por alimentos que ellos no podían cultivar, empezaron a marcar con diferentes indicaciones las ánforas o recipientes que contenían todo tipo de productos. El objetivo era dejar constancia del contenido, el lugar de procedencia, el elaborador y la calidad del mismo.
¿Os suena de algo? ¿No le veis cierto paralelismo con el vino hoy? Aunque todavía quedaba mucho para llegar al momento actual
El simple hecho de marcar los productos ayudaba a las labores comerciales, pues solo ver las marcas de los recipientes se sabía de qué se trataba y de que contenía y tanto público como vendedores se beneficiaban de ello. Más adelante se añadirán menciones al territorio concreto con chapas colgadas del recipiente. Esa chapa resultaría ser la antesala de la actual etiqueta, de todos modos todo tenía un largo proceso por delante, puesto que ni siquiera los recipientes de antes tienen algo que ver con los actuales.
Antiguamente se usaban ánforas para transportar el vino y almacenarlo eso ayudaba a la hora de marcar el recipiente, pero las ánforas tenían varios defectos:
- Eran frágiles
- Debían ser levantadas a plomo con todo el contenido a dentro.
- No se podían agolpar en diferentes niveles dado su fragilidad.
- Era un recipiente inestable que necesitaba de una base para mantener-se firme.
Y ya sé que lo he dicho antes, pero lo repito, eran frágiles imaginad un viaje movidito en alta mar o una mala maniobra con la carretilla. Eso podía llegar a ser un auténtico desastre estamos hablando de ríos de vino derramados.
Llegó el barril como una tecnología no solamente necesaria sino que muy demandada. ¿Saben lo fácil que era cargar y descargar los barcos con los barriles rodando? ¿Y lo fácil que era amontonarlos de manera que quedaran en una pila estable que aún con el bamboleo del mar se mantenía en pie? Y claro además en caso de accidente no era fácil de romper-sé. De hecho hay que ser muy canalla para romper una barrica. Además se descubrieron todo tipo de usos y bondades de la barrica. Como que por ejemplo el vino aguantaba más tiempo después de pasar por barrica. Pero no nos desviemos del tema. El hecho de cambiar de recipiente de almacenaje Y transporte cambió también la forma de consumir.
Los vendedores a su vez ya no iban dando tumbos con las someras tirando de carros cargados de barricas de vino en busca de mercados o poblados donde vender como única opción de venta. Muchos vendedores de vino empezaban a establecer-sé en locales situados en los núcleos urbanos. Eso junto con la creciente industrialización de la humanidad hizo que cada vez hubiera más personas que fueran a comprar vino con sus botellas de cristal, las cuales se rellenaban y reutilizaban. Así las clases populares podían comprar el vino de la semana sin tener que desembolsar el precio de una barrica de 500 litros de vino y rezar para que no se les estropeara (ya que una barrica conlleva todo un seguido de cuidados). Hecho que también desincentivaba tener una, ya que era un trabajo extra que se añadía a un duro día a día donde lo que faltaban eran horas.

Aquí el papel de la etiqueta comenzaba a asomar la nariz.
Llegado el momento en que la fabricación de botellas es sumamente productivo y los costes por botella empiezan a ser mucho menores llega la gran revolución. Comprar botellas de vino embotelladas en origen, y claro eso conllevo a una apuesta por la calidad y la diferenciación. Gran parte de esa diferenciación está en la etiqueta, ya que es el primer argumento de venta que nos encontramos cuando nos hayamos ante un escaparate de vinos.

Todo el mundo del vino fue evolucionando y con el también el papel de las etiquetas, hasta día de hoy donde una etiqueta no solo indica la información del producto. También contiene toda una serie de infografías, imágenes o colores que lo hacen más atractivo a su venta. Pero hoy día no solo son las etiquetas aquello que nos alegra la vista cuando entramos en una tienda de vinos. También hay diferentes tipos de corchos, algunos con dibujos o patrones otros que pone el nombre del vino y el año de la cosecha también encontramos diferentes tipos de cápsulas que son la capa que lleva la parte superior del corcho y tiene función protectora y decorativa. Algunos incluso ponen cera a modo de cápsula o collarines en forma de medalla indicando premios. Y por supuesto botellas de todas las formas y tamaños imaginables. Encontramos todo un colorido que alardea de intenciones declaradas en cada botella de vino.
Entiendo que un vino, no se debería vender sin indicar cierta información básica, como la región, variedades, productor, cosecha y algunos requisitos técnicos para permitir la trazabilidad del mismo. En mi opinión que las botellas estén etiquetadas con coloridas imágenes es fantástico y hacen que al entrar en una tienda de vinos te sientas como un niño cuando entra en la tienda de chucherías. La etiqueta es para mí una parte imprescindible de la experiencia de comprar vino.
Antes de acabar me gustaría volver a la casilla de salida y dejar una pregunta a nivel de usuario con el fin de invitar a la reflexión.
¿Cómo compraríamos vino y cuál sería el papel de los profesionales en un mundo del vino sin etiquetas?

Escrito por: Daniel Izquierdo

Editado por: Sergi Artigas

Etiquetas: vino etiqueta

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